29 de octubre de 2007

y yo quiero ser diciembre

Que hasta Marilyn soñaba con el chico de las letras blancas...



y la chica de la boca frambuesa escribía todo en su libreta, cuentos infinitos,
todavía sin saber donde está el final. Como una espiral que más tarde acabaría rota por dibujarla en tu espalda.


*Gracias a Vanys por las dos fotos de abajo, aunque ella es la chica del pelo olor a fresa...

12 comentarios:

Vanyz dijo...

Quedaron lindas!
Y muy bien acompañadas...
(no sé porque, pero yo tambien quiero ser diciembre)
Besotes.

JuanMa dijo...

¿Y quién no quiere ser diciembre?

Besos.

Clara dijo...

Hasta Marilyn soñaba con el chico de las letras blancas...=)
No os he visto hoy!=(





Un beso caramelizado.
CLARA

adictaacruzarenrojo dijo...

Sabes que es lo mejor del infinito?? Que nunca termina.....
Precioso todo, preciosa letra, preciosa boca, precioso venir a visitarte...
Un beso rojo frambuesa... ;)

lila dit ça dijo...

si que son bonitas las fotos e infinitos los cuentos sin final, ya sabes a veces no importa el destino sino el viaje

Carmen dijo...

bonita boca frambuesa.
Bonitas letras, siempre.

Besitos

la chica pirata dijo...

¿y quién no sueña con letras blancas?

Un beso de bruja... o de gato encantado! ^^

distante.espejo dijo...

explícame eso del chico de las letras blancas!

qué dulce ese color de labios
jamás escuché que los pelos olieran a fresa! tiene que ser interesante.

qué dulce, sí.
un besazo.

.JL. en los afelios dijo...

Yo quise ser diciembre,
para enfriarte los pies,
quise ser diciembre
para que el corazon helado tuviese razones,
para escribir como Montero,
para escribirte mil versos,
para dejar noviembre
que es un desorden sentimental.

Para leerte acurrucado
en una manta de letras blancas
y labios frambuesa...
y pensarte dentro de ella.

Mil besos mi niña!

Paz dijo...

Espirales que se escriben con las pecas de la piel.

así se siente la idea.

Unknown dijo...

un 10 a esa boca¡¡¡

xxx

andres

Alice ya no vive aquí dijo...

Todos soñamos, es una necesidad, es casi una obligación. El problema es cuando no sabemos compatibilizar los sueños con la realidad.