22 de febrero de 2008

secretos de metal

Primero el vuelo largo después la caída,
tras el disparo el recuerdo instantáneo
(ahora eterno en tus manos).
Siempre el latido antes del abrazo infinito,
las manchas de lejía en el pantalón de tanto
que has lavado tu vida. Circular y derivada.
Primero la caída y después el vuelo largo...

pero ya no estás aquí para soplarme en las heridas

5 comentarios:

Ál dijo...

Aunque no veas a nadie para soplarte las heridas no te preocupes, los pajaros libres son asi, caen mil veces para levantar el vuelo mil y una más, arriba!

Danelí dijo...

El viento ha de soplar desde otra esquina, desde otra boca.

Un beso
=*

Naty dijo...

Mi niña, ese soplido en las heridas se extraña, pero creeme que se aprende a vivir (sanar) sin el... Mecanismo de supervivencia, amiga mia... Un abrazo ;)

PKTO dijo...

por lo menos tienes el recuerdo de soplarte las heridas, no lo pierdas..
bessos

Anónimo dijo...

¿Cómo se va algo que nunca ha venido?